15/12/06

Una caries curiosa

Capítulo: 7
Una caries curiosa

Una de las ventajas de tener un horario de tardes en la facultad es que puedes dormir todo lo que quieras. Desde que era pequeño mi horario laboral ha estado condicionado a los horarios de mañana: me levantaba a las 8 de la mañana y me acostaba antes de las 12. Esto ha cambiado este año, cuando por fin he podido modificar mi horario nocturno a uno más adecuado a mi naturaleza. Ahora puedo quedarme despierto hasta la 1 o las 2 de la mañana y levantarme entre 10 y 11, lo cual significan 9 horas de sueño, en contraposición con las 6 y media que tenía, por ejemplo, el año pasado.

Esta modificación del ciclo circadiano ha traído consigo muchos cambios, como una mejora de la atención en clase y mucho menor cansancio acumulado. Pero además, ha provocado un curioso efecto secundario: suelo ser capaz de recordar el último sueño. Antes nunca podía recordar mis sueños. Se puede decir que conseguía mantener en mi memoria uno o dos sueños al año. Ahora mi sueño se reordena en dos ciclos de 4 horas, con un breve periodo de vigilia entre medias, y lo curioso es que puedo llegar a recordar unos 10 sueños al mes, siempre el correspondiente al final de uno de los dos ciclos, que suele ser, en general, el segundo (ya que en este la última fase no suele ser tan profunda, y a veces permanezco en un estado de semiconsciencia).

Además, he podido comprobar de nuevo una extraña capacidad que conocía desde pequeño, y es que puedo mantener un cierto control sobre los sueños. Esto es apreciable en que la mayoría de las veces mi yo del sueño sabe que es un sueño, sabe que no es real lo que está sucediendo, y que en realidad estoy tumbado en la cama. Por otro lado, muchas veces en los sueños puedo soñar con algún tipo de explicación, quizá que me estén dando en ese momento. Unas veces es cierta, mientras que otras es una explicación absurda, que no tiene ningún sentido, y mi yo del sueño sabe que lo es, sabe que las cosas no tienen sentido, y se puede decir que soy consciente de la explicación verdadera, o de parte de ella al menos. Y por último, la más útil habilidad de control del sueño que poseo es la capacidad de despertar a voluntad. En un momento dado me encuentro en una situación de estrés, en ese momento digo “basta”, y automáticamente todo desaparece y despierto, suavemente.

Pero esto no siempre funciona, ni los sueños suelen ser cosas agradables. Hubo una vez que de un sueño de unos diez minutos comencé a escribir una historia, la cual no llegué a acabar. Pero mi último sueño (sucedió hace un par de días), fue algo completamente absurdo. No recuerdo que hacía ni con quien estaba. Lo único que recuerdo es que en uno de mis incisivos superiores tenía una caries. Pero no es una caries normal, ya que era ovalada y enorme, pero completamente liso, como si el propio diente fuera hueco y ese agujero hubiera sido hecho a propósito. El caso es que no sabía como había llegado eso ahí, por lo que decidí investigarlo con mi lengua, pero nada más tocar brotó un dolor intenso como si hubiera tocado un nervio desnudo, y comenzó a doler como si tuviera ahí un clavo ardiendo, hasta que aparté la lengua. Y a la vez, curiosamente, al dolor le acompañaba un ruido atronador, pero que surgía de mi cabeza, como si el cerebro se lo inventase.

En fin, supongo que no siempre se pueden tener curiosos sueños que te den material suficiente como para escribir una buena historia. Pero por otro lado este sueño me ha dado hilo suficiente como para todo lo que acabo de escribir, así que supongo que no está tan mal tener sueños extraños de vez en cuando. Solo me pregunto que diría Freud de mi sueño, aunque por lo que dicen, la caries y la lengua bien podrían ser buenos símiles de... pero que importa.

No hay comentarios: