3/12/06

Escudo y coraza

Capítulo: 3
Escudo y coraza

Existe una gran coraza que protege mi interior. Esa es la causa de que por más que busques jamás averiguarás aquí cual es mi verdadero nombre, quien soy, de donde vengo o a donde voy. Todo eso es algo que guardo muy en mi interior. Soy de la opinión de que mostrarse a la luz es convertirse en blanco de todos los depredadores que andan sueltos por el mundo. Mantenerte oculto, por el contrario, te mimetiza y evita disgustos. Tiene sus ventajas e inconvenientes, pero no es algo que pueda controlar. Es instinto, experiencia y subconsciente.

No siempre fui así. De hecho cuando solo era un crío que no levantaba dos palmos del suelo era todo lo contrario. No había persona que al cruzármela por la calle no saludara, pese a que no la conociera de nada. Era simpático y agradable, me llevaba bien con todo el mundo y a la larga todo el mundo me quería y apreciaba. Pero el hecho de tener que cambiar de ciudad varias veces en pocos años hizo que las relaciones sociales comenzaran a costarme mucho más. Hacer amigos se convirtió en algo muy difícil, y de hecho no llegué a tener amigos de verdad hasta los 14 años. La mayor parte de mi infancia la pasé relativamente solo, con gente a la que le daba igual que estuviera con ellos o que no.

Con el tiempo logré una cierta estabilidad, un grupo de amigos medianamente estable y algo de confianza con ciertas personas. Eso repercutió favorablemente en mi, y el hecho de encontrarme rodeado de gente que me apreciaba hizo que comenzase a abrirme un poco más, y a mostrar mis sentimientos. Decir “te quiero” me dejó de sonar raro, y descubrí lo agradable que puede resultar que alguien te abrace porque sí, sin que exista un motivo en particular.

Fue por aquella época en la que me enamoré por primera vez. Fue como ha de ser el amor: no dejaba de pensar en ella ni un instante al día, hablaba con ella por teléfono durante horas, le escribí páginas y páginas en forma de e-mails, escribía su nombre en cualquier sitio que estuviera quieto frente a mí el tiempo suficiente y, sobre todo, pensaba que jamás podría sentirme infeliz mientras ella existiera. Pero era un amor imposible, y nunca pudo llegar a ser. Desde el día que decidí olvidarla y desistir de ella hasta que lo conseguí, pasó un largo año. Unas veces me levantaba y la deseaba con locura, otros intentaba reprimirme y olvidarla, y otros simplemente prestaba atención a otras cosas y no tenía demasiado tiempo para pensar en otras cosas. Ahora ella tiene su vida y hace mucho que no hablamos.

Posteriormente me enamoré alguna que otra vez. Todas ellas fracasos que no llegaron a nada por un motivo o por otro. Pero cada una de esas veces fue siendo peor. Los sentimientos ya no eran los mismos, sino algo más débiles que la vez anterior. Ya no sentía lo mismo, con la misma fuerza, y yo tampoco era tan cariñoso como la vez anterior. Los fracasos amorosos se fueron convirtiendo en un veneno acumulativo que poco a poco iba ingiriendo, sin darme cuenta. Algunas veces la otra persona fue la que me hizo daño, mientras que otras fui yo sólo el único culpable de mi malestar. Pero fuera como fuese, cada fracaso iba endureciendo la coraza un poco más. Cada una de las decepciones me ha hecho un poco más frío, un poco más reservado, quizá para que inconscientemente ponga los medios para que no vuelva a suceder.

Ahora, fantaseo muy a menudo con lo que sería tener una relación seria con alguien, con lo que sería tener una vida en pareja con algunas personas de mi entorno. Pero cuando lo pienso profundamente, me doy cuenta de que ya no quiero eso, que ya no soy capaz de amar. No podría tener una relación de pareja, ya que estoy demasiado acostumbrado a una vida en solitario, y tengo demasiado miedo a otra puñalada más que deje una nueva cicatriz. Puedo intentar ser cariñoso, amable y cálido, pero sólo voluntariamente. Si simplemente soy yo mismo, ya no soy capaz de encariñarme con otra persona.

Es una tortura para una persona ser esclavo de la coraza que el mismo levanta para protegerse, pero no podría soportar que me volvieran a hacer daño. Así que dejo que la vida pase ante mí, no busco compromisos estables porque sé que no estoy preparado para ellos, ni podría hacer ya feliz a otra persona. Creo que algún día llegará la persona que sea capaz de hacerme volver a amar, pero desde luego no será pronto, ni lo conseguirá fácilmente, porque hay muchas cosas rotas en mi interior que hay que reconstruir antes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Son cuanto menos curiosos tus párrafos, tus ideas sobre tí mismo y tu intimidación a tu propio yo. El análisis de tus textos pasados, de esa gloria, de tus textos presentes, del realismo y la fase de autoexaminación del mundo y de uno mismo sobre éste.

El amor y la coraza, el dolor y la ilusión...la contrariedad y el pesimismo momentáneo que tan sólo espera algo nuevo.
A veces uno no se muestra tal y como es, que es lo que le ocurrió a Gika Cueki, que en un principio era una Bambina plasmada en una pantalla que empezó a darle frío y a veces miedo. Un mundo que se comía la realidad y que la alejaba de ella.

Es entonces cuando surjen los mundos paralelos, aquellos en los que quieres corregirte, vivir en el anonimato y ser tú...en secreto. Entonces...tu, ¿dónde me has encontrado?

Anónimo dijo...

es contradictorio querer el anonimato y expresar tanto los sentimientos.............abrir la caja de pandora que todos llevamos dentro .........y hacerlo con dolor

......buena literatura ( antes se diría buena pluma) y buena trasmisión de los pensamientos.

tu espacio es culto y crítico....te leere

gracias por tu comentario

Anónimo dijo...

Hola, mi día perfecto es una contradicción, ¿cómo podría despedirme de mi hijo cuando se marcha al cole y luego tomar el desayuno que me hizo mi madre? ¿cómo podría montarmelo con un tio la noche anterior y en la tarde salir con mi novia?

...deseos, sueños...la ilusión.

¿cómo poder desear algo con todo tu corazón y rechazarlo a la vez?


Me gusta lo que escribes:

"Existe una gran coraza que protege mi interior...pero no siempre fue así"
"...aquella época en la que me enamoré por primera vez...me doy cuenta de que ya no quiero eso, que ya no soy capaz de amar"
"...algún día llegará la persona que sea capaz de hacerme volver a amar."

El amor y el dolor, el coraje y el temor...la esperanza de que, a pesar de todo, mejores tiempos vendrán...pero de momento, siempre hubo un pasado mejor.

venga, un saludo

Anónimo dijo...

¿Por qué nadie cree que exista alguien incapaz de amar?

Yo amo todo, amo a cada persona con la que me cruzo, cada minúsculo objeto que llama mi atención y cada estúpida idea que pasa por mi mente. Amo tanto porque son señales, son avisos de que aún siento algo.

También odio. Odio cada persona que se cruza en mi camino, odio cada imagen que recibo del mundo, de todo; odio cada idea. Odio porque tengo miedo a no ser como ellos, odio porque me asustan, y les temo porque a veces creo ser como ellos.

Vivo de contradicción en contradicción, de pensamiento en pensamiento... a veces dudo si vivo siquiera. Y sólo quiero sacar todas esas voces de mi cabeza, gritos de dolor, marcas aún candentes... quiero ser todo y nada.

¿Por qué me levanto si no creo en un futuro? Quizá porque tampoco creo en morirme, ni en vivir; quizá ya no creo en nada.

Y menos aún, entiendo, por qué tengo que enamorarme para que me asalte esto.

Sólo quiero desaparecer.
Y sin embargo no sé cómo ni por qué aún así me acordaré de ti.